Nombre científico o latino: Brassica oleracea var. capitata
El repollo o berza, también se llama col, es una planta de la familia de las Crucíferas que vive dos o más años. Tiene tallos ramosos, hojas grandes y carnosas de color verde claro. Sus flores se agrupan en ramilletes color amarillo o blanco, y el fruto es una silicua alargada con semillas de color pardusco. Los repollos están disponibles en varias tonalidades de verde, así como también rojos o púrpuras.
La importancia de la familia de las Crucíferas reside en los compuestos azufrados que contienen, y que están considerados como potentes antioxidantes que ayudan a prevenir enfermedades.
Esta planta medicinal es rica en provitamina A y vitaminas B2, B6, C, K, U y D, y azufre orgánico, también en cantidades considerables dispone de minerales como el yodo, el hierro, el potasio y el calcio, entre otros. Se le reconocen multitud de propiedades, destacan estas:
Antirreumáticas, anticatarrales, vermífugas, antidiabéticas, carminativas, digestivas, energéticas, cicatrizantes, cardíacas, remineralizantes y recientes investigaciones hablan de sus propiedades anticancerígenas.
Para aprovechar sus propiedades es preciso utilizarla cuanto antes y trasformarla lo menos posible, ya que sus valiosas vitaminas U y K se destruyen pronto por el efecto del calor perdiendo todo su potencial medicinal. Una excelente manera de aprovecharse de sus beneficios es consumirla en zumo recién exprimido; la vitamina U es muy eficaz en los trastornos digestivos, y en especial para la úlcera péptica.
Esta planta a pesar del poco aprecio medicinal del que goza, sin embargo, se puede decir de ella que al igual que la cebolla, el limón, el puerro, la zanahoria y el ajo es una de las mejores que existen, y no solo desde el punto de vista medicinal sino también del dietético.
El repollo está considerado como un antibiótico natural por contener ciertas sustancias bactericidas capaces de reducir algunos gérmenes microbianos.
Es una sencilla planta medicinal de fácil adquisición y que se puede y se debe consumir sin ningún tipo de miramiento por los muchos beneficios saludables que aporta a nuestro organismo.
Como se ha señalado anteriormente, el repollo no debe ser cocinado durante mucho tiempo porque pierde muchas de sus cualidades. Crudo y bien masticado, es excelente en muchas situaciones. Un par de hojas verdes y tiernas hervidas por cada litro de agua, tomando este caldo a diario es útil en casos de cirrosis, disentería y enfermedades intestinales.
Un zumo de repollo es un excelente vermífugo (expulsa las lombrices intestinales). Cocido y servido en ensalada, se condimenta como mejor guste, se puede tomar siempre que se quiera, es digestivo y actúa sobre el organismo en general.
El jarabe de repollo es un remedio muy eficaz para las anginas, afonía y afecciones bronquiales. Para elaborarlo, se utiliza el zumo del repollo exprimido añadiéndole un poco de miel, se cuece y se deja enfriar. Se toman entre cinco y seis cucharadas soperas al día.
El repollo fermentado por procedimientos naturales, es aplicable en infinidad de enfermedades y puede tomarse en estados anémicos y neurálgicos. Al repollo fermentado se le conoce como choucroute o chucrut.
En el ámbito externo:
Entre 100 y 150 gramos de hojas frescas hervidas de repollo en un litro de agua y mezcladas en los baños, van muy bien para calmar los dolores musculares.
Las cataplasmas preparadas con hojas previamente calentadas de esta planta curativa, son eficaces para contusiones y abscesos.
El repollo es conocido desde tiempo inmemorial, ya los romanos atribuían a esta planta medicinal la propiedad de favorecer la digestión y de paliar los efectos negativos de la ingesta del alcohol, además la utilizaban en abundancia como aperitivo y para curar sus heridas tanto en el ámbito interno como en el externo.
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