“CUANDO UN HOMBRE O MUJER PLANTA ARBOLES A CUYA SOMBRA SABE QUE NUNCA HABRA DE SENTARSE, HA COMENZADO A ENTENDER EL SENTIDO DE LA VIDA”.































domingo, 31 de octubre de 2010

¿VÍCTIMAS, MARTIRES, O SERES LIBRES? USTED ESCOGE (Antonieta solorzano)

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Cada vez que interactuamos con otra persona, buscamos recibir una respuesta. Por ejemplo, quien relata su sufrimiento espera compasión y empatía; el que se pone furioso, quiere amedrentar, corregir; y alguien que sonríe, espera simpatía.


Pero en muchas ocasiones nuestras pretensiones van más allá de una respuesta sencilla. No es extraño que se busque el arrepentimiento o la sensación de culpabilidad del otro. ¿Quién no ha oído aquello de que “te gusta hacerme sufrir”? También puede ser que se pretenda que el otro se asuste o renuncie a sus principios. Entonces se le aconseja: “mira, en realidad no te conviene decir lo que piensas, o sentir lo que sientes, pues las consecuencias pueden ser muy graves”.

En estas circunstancias ya no solo buscamos recibir una respuesta sencilla y libre. Más bien queremos dominar. Pero claro, se requiere que el otro no lo note. Aunque parezca increíble, lo más grave es que se puede tener éxito. Así, el otro pensará que el consejo es sincero o se preguntará si de verdad disfruta haciendo sufrir a los demás. ¿Será que en realidad ganamos algo que vale pena si logramos manipular al otro?

Y es que nos hemos acostumbrado tanto a estos comportamientos que los consideramos normales. Una familia, en consulta, se quejaba de estar en una situación complicada, ya que ninguno de ellos lograba ser feliz. A pesar de que se querían mucho, sabían y reconocían lo valiosos que eran, simplemente ya no se soportaban.

Al preguntarles cómo había empezado esto, ellos relataron que habían estado viviendo en el extranjero y que allí la madre no lograba sentirse a gusto, no se adaptaba, no conseguía hacer amigos. El esposo y la hija estaban muy preocupados, pues cada día que pasaba la veían más delgada, menos feliz. Ella trataba de hacer todo, los atendía y cuidaba pero se lamentaba de estar sola todo el tiempo. El esposo y la niña, secretamente, habían establecido turnos para estarse con ella. Finalmente un día la mujer expresó que ya no tenía fuerza para levantarse, que era un estorbo para ellos, que en verdad ellos no valoraban el esfuerzo que ella hacía por ellos.

La verdad es que esta clase de expresiones ha terminado por formar parte de la vida diaria de muchas familias, y son pocos los que perciben que es una estrategia de manipulación, pues es inimaginable que todo este sufrimiento pueda ser, en verdad, una táctica de poder. Y es que en una sola jugada, los seres queridos se transforman, en virtud del dolor de la víctima, en tiranos.

En nuestra familia en consulta, como consecuencia de este delicado episodio, el padre pensó que todo se arreglaría si él renunciaba a su carrera en el extranjero, pues como no podía soportar que su éxito le hiciera tanto daño a su señora, se sacrificó. La hija se engordó y dejó de ir a fiestas con sus amigas pues creía que, en realidad, su madre se preocupaba tanto por su seguridad, que era tan buena y dedicada y que no había derecho a crearle más preocupaciones.

La vida les cambió. Ya ninguno fue libre. La manipulación inconsciente triunfó. La madre incomprendida que solía ser la víctima, resultaba ser la tirana. Pues, sin pedir directamente nada, logró que su familia voluntariamente se sacrificara. Ahora, en silencio, todos se sentían mártires.

Cada vez que el miedo a perder el amor nos impulsa a sacrificarnos por otros, nuestras tradiciones culturales nos invitan a sentirnos victimas. Podemos elegir aceptar esta invitación y tornar a los que amamos en tiranos, sin que siquiera ellos se lo hayan propuesto. Y, si tenemos suerte y ellos también se lo creen, ganamos su atención pero perdemos la libertad.

Nuestra familia entendió que podían recuperar su armonía si cada quien se hacía cargo de sí mismo y no del otro. La madre notó que al convertir al marido y a la hija en su único mundo social, los transformaba en víctimas. Él se dio cuenta que al renunciar a su carrera, para dedicarse a acompañar a su señora, la volvía su tirana. Y la hija comprendió que no podía dedicarse a calmar las ansiedades de su mamá, sin reducirse a la condición de mártir.

Si queremos que nuestras relaciones con los demás sean creativas, si queremos construir familias autónomas donde las víctimas, los tiranos y los mártires sean cosa del pasado, tenemos que recordar que cada uno de nosotros tiene la fuerza y los recursos necesarios para hacerse cargo de su propio destino, para esperar, sencillamente, respuestas libres de los demás.

viernes, 1 de octubre de 2010

ANTIGUO EJERCICIO ESENICO DE PURIFICACIÓN Y SALUD



Párate en medio de la naturaleza viviente, entre el cielo y la tierra.Siente la tierra bajo tus pies; siente como la tierra te carga y te sostiene.Siente el cielo infinito sobre ti; te inspira, te mejora, te eleva.En el cielo, piensa en el origen de tu espíritu y de tu inteligencia.En el cielo, piensa en el origen de tu alma eterna, de la más elevada conciencia universal.En la tierra, piensa en el origen de tu alma terrestre, en tu conciencia individual.Siéntete como una unión viviente entre las fuerzas del cielo y de la tierra, del infinito y de lo que está en desarrollo.Arrodíllate en la tierra, y con tu mano derecha cava un pequeño hoyo en la tierra.Coloca las dos manos juntas sobre tu pecho (el corazón místico), en señal de oración y de unión interna con el cielo y la tierra dentro de ti.En esta postura sagrada, permite que una hermosa luz, la fuerza, la presencia del cielo, fluya a través de ti: el omnipresente Padre de todos los seres vivientes. Imagina una luz diamantina, transparente como el agua pura.Inclínate con amor sobre la Madre Tierra, y coloca tus manos alrededor del pequeño hoyo. Inclínate sobre la tierra y coloca tu boca entre tus manos.

Ofrécele con tus palabras a la tierra el agradecimiento del cielo a la Madre Tierra; ofrécele también el agradecimiento de tu corazón y, a través de ello, del corazón de la humanidad.

Pronuncia las palabras:“Madre Tierra, yo te ofrezco mi agradecimiento con todo mi corazón, y a través de él del corazón de todos los hombres y las mujeres. Que todos los seres que llevas en tu seno protejan, nutran y bendigan todo lo que crece.”Acuéstate después sobre la tierra y abandónate sobre ella. Que tu cuerpo y tu alma nacidos de ella sean uno con la Madre Tierra y su oculto esplendor.

Piensa y di:“Madre Tierra, elimina todas mis enfermedades y mis faltas según tu voluntad, para que pueda recibir la bendición del espíritu divino y trasmitirla a todos los seres vivientes, según tu voluntad”.Manténte en comunión, en silencio, mientras dejas que la tierra te purifique completamente.Pónte nuevamente de rodillas y coloca tus manos frente a la rosa solar del corazón.

Piensa en tu espíritu, siente tu alma, y di con tu fuerza vital:“Con amor y gratitud,te ofrezco mi amoroso agradecimiento lleno de luz.A la Madre Tierra, gracias;al agua de la vida, gracias;al precioso aire, gracias;al fuego sagrado, gracias;a los minerales, gracias;a las plantas, gracias;a los animales, gracias;a la humanidad que camina por el sendero de la evolución, gracias;a todos los ángeles, gracias;a la inteligencia cósmica que creó mi pensamiento, gracias;al océano de amor que creó mi sensibilidad, gracias;a la vida universal que impregnó mi futuro con la semilla de la individualidad, gracias;a todos los seres del mundo, doy las gracias en Él, la única Fuente que unifica a todos los seres en su origen y propósito”.

Cruza los brazos sobre tu pecho, inclina ligeramente tu cabeza, y pronuncia la palabra de cierre: “Amen”.Entonces, rellena de nuevo el agujero que cavaste para hablar con la Madre del mundo.

Por medio de la práctica de estos ejercicios, que son totalmente compatibles con nuestra vida contemporánea, notarás que recibes una fuerza de balance y armonía que te permite estar más equilibrado y ser tú mismo en la vida. La técnica de la gratitud permite que uno desarrolle una mayor sensibilidad hacia el mundo superior. No es un sentimentalismo poco saludable, sino un despertar que proviene de una mayor lucidez, más fortaleza, más bondad. Nuestra vida es nuestra vida. Somos nosotros quienes tenemos que vivirla, nadie más. Pero es obvio que para vivir la vida de una forma armoniosa, necesitamos fortaleza y lucidez. La técnica de la gratitud nos permite obtener esto, y aún más.Uno generalmente siente temor de la sensibilidad, porque piensa que mientras más sensible sea una persona, más infeliz y enferma estará. Por supuesto que si el agradecimiento no se expresa de la forma correcta puede enfermar, porque las energías no están dirigidas hacia el espíritu del cielo, sino que permanecen inconscientes y en forma demasiado personal. Quien piensa que él o ella es el centro del mundo, cuando da las gracias solamente expresa una frase muerta educada y convencional, para esconder el verdadero ser que él o ella es, por la pura apariencia.

El verdadero agradecimiento abre la percepción de la belleza, de la sabiduría, de la grandeza y del amor. Si un ser humano ya no percibe la realidad de mundo superior omnipresente, está perdido. Es solo cuestión de tiempo que la caída sea inevitable. Sólo el cultivar correctamente una mayor sensibilidad pueden llevar a la humanidad hacia una verdadera evolución de luz y armonía, y permitirle superar todas las pruebas y las tentaciones.Una fuente de bienestar y de gran beneficio para la vida es ofrecerse a sí mismo unos momentos de soledad en los que se pueda cultivar la armonía y el bien original en calma y en silencio, y cuando pueda pronunciarse la mágica frase del gran agradecimiento. Luego podemos compartir esto con otros a través de simples actos, de palabras amistosas, de cálidas sonrisas llenas de luz que provienen de un mundo donde lo humano reina.

Olivier Manitara