"La mujer desarrolla dos grandes vacíos: el vacío sexual y el vacío espiritual, razón por la cual se instala enérgicamente en la vida del hombre tratando de dominarlo y de explotarlo con el fin de llenar su propia frustración. Este yo lo llamo 'el mito de la sirena' o de la 'femineidad', que provoca tanto sufrimiento. La sirena, cuyo norte es atraer al hombre, desde el ombligo para abajo es un pez: completamente fría. Femenina y frígida. Atrae al hombre, pero no lo puede satisfacer. En cambio, esta cola de pez hace que ella tenga que vengarse, hundiendo al hombre. Destruyéndolo. Sometiéndolo a su voluntad.
"Este mito de la 'femineidad' seduce por igual a hombres y mujeres. A la mujer, porque la 'femineidad' le da poder sobre el hombre, quien es el que tiene poder en el mundo. El asunto del poder, ella lo ha aprendido del patriarcado. Pero el drama es que su 'triunfo' sobre el hombre es a costa de su propia persona. De no ser persona. Por su parte, al hombre machista o patriarcal no le gusta la mujer persona, y por lo mismo, lo excita mucho la sirena. Esa que después intentará destruirlo.
"El patriarcado no es una 'culpa' de los hombres solamente, sino un fenómeno de vida que involucra a toda la humanidad. Así, la mujer trabaja en contra de sí misma y a favor del patriarcado. Ella es el sostén máximo del sistema. Se la ha educado para desear sólo la familia, preocuparse sólo de sus hijos y crearle cierto confort a su hombre. Y nada más. Para que sea individualista, egoísta, encerrada en sí misma".
Sin embargo conozco gran cantidad de mujeres buscadoras, mujeres que tienen la necesidad de cambiar de pensamiento. Me parece que ya las mujeres están movilizadas, a diferencia de cuando yo era joven, cuando se enseñaba que el summum de la felicidad era casarse, tener hijos y ojalá morir casada, para no sufrir la viudez. En el curso de estos años esto ha cambiado, hay una real integración de la mujer a la sociedad en los procesos creativos.
"La base del patriarcado es el egoísmo, es lo que caracteriza a la familia nuclear, tener cosas sólo para la familia, la falta de altruismo para con los demás.
"Es la mujer la que se rebeló primero contra un estado de cosas y un sistema de vida que le acarrea sufrimientos. El hombre tampoco lo pasa bien. Esto, de que la mujer llene su vida chantajeándolo, es una enorme carga para él también. Y para los hijos, en cuyas vidas generalmente la mujer también se entromete negativamente. Todo esto ha llevado al matrimonio patriarcal a la tremenda crisis que estamos viendo a nuestro alrededor. La pareja convencional ya no resiste la dominación mutua.
"El sufrimiento de hoy es ese concepto de propiedad. 'mi' marido, 'mi' mujer. Esa palabra 'mi' es el sufrimiento. El ser humano no puede ser propiedad de otro ser humano. Puede ser tremendamente generoso, tremendamente amoroso, pero no puede ser propiedad de otro ser y sentirse como tal.
En una sociedad donde muchas mujeres son creativas, estudian, trabajan e incluso ocupan cargos importantes, podría decirse que su visión no corresponde a la realidad.
'¡Claro que corresponde! Estamos hablando del trágico hecho de que la mitad de la humanidad no participa en el proceso creador. Con excepción de algunos millones. Pero, ¡qué son dos o tres millones de mujeres creadoras! Y ni siquiera creo que haya tantas. En política, por ejemplo, nunca ha habido en los más altos cargos una mujer que haya defendido el derecho de la mujer. Son hombres, casualmente nacidos mujeres, defensores del patriarcado y de todos sus errores.
"Muchas veces la mujer no tiene conciencia de su infelicidad. No entiende qué le pasa, pero el hecho es que siempre está muy cansada, aburrida, histérica, nerviosa. Y el drama se desencadena cuando los hijos crecen y se van de la casa. Entonces siente que no es útil para nadie y que no tiene nada que hacer. Otro hito es cuando termina el período de ser objeto sexual para el hombre. De repente descubre que no es nada, que no es un 'yo' aceptable para sí misma. Nuestra época pone un énfasis enorme en la juventud y no tenerla es una crisis feroz."
"Para romper con esta vida mediocre, las mujeres tienen que dedicarse a trabajar, introduciéndose en el mecanismo de la cultura. Y esto no es un tema de feministas sino que está en la naturaleza humana: participar en la creación."
Fuente: Lola Hoffman.
"Este mito de la 'femineidad' seduce por igual a hombres y mujeres. A la mujer, porque la 'femineidad' le da poder sobre el hombre, quien es el que tiene poder en el mundo. El asunto del poder, ella lo ha aprendido del patriarcado. Pero el drama es que su 'triunfo' sobre el hombre es a costa de su propia persona. De no ser persona. Por su parte, al hombre machista o patriarcal no le gusta la mujer persona, y por lo mismo, lo excita mucho la sirena. Esa que después intentará destruirlo.
"El patriarcado no es una 'culpa' de los hombres solamente, sino un fenómeno de vida que involucra a toda la humanidad. Así, la mujer trabaja en contra de sí misma y a favor del patriarcado. Ella es el sostén máximo del sistema. Se la ha educado para desear sólo la familia, preocuparse sólo de sus hijos y crearle cierto confort a su hombre. Y nada más. Para que sea individualista, egoísta, encerrada en sí misma".
Sin embargo conozco gran cantidad de mujeres buscadoras, mujeres que tienen la necesidad de cambiar de pensamiento. Me parece que ya las mujeres están movilizadas, a diferencia de cuando yo era joven, cuando se enseñaba que el summum de la felicidad era casarse, tener hijos y ojalá morir casada, para no sufrir la viudez. En el curso de estos años esto ha cambiado, hay una real integración de la mujer a la sociedad en los procesos creativos.
"La base del patriarcado es el egoísmo, es lo que caracteriza a la familia nuclear, tener cosas sólo para la familia, la falta de altruismo para con los demás.
"Es la mujer la que se rebeló primero contra un estado de cosas y un sistema de vida que le acarrea sufrimientos. El hombre tampoco lo pasa bien. Esto, de que la mujer llene su vida chantajeándolo, es una enorme carga para él también. Y para los hijos, en cuyas vidas generalmente la mujer también se entromete negativamente. Todo esto ha llevado al matrimonio patriarcal a la tremenda crisis que estamos viendo a nuestro alrededor. La pareja convencional ya no resiste la dominación mutua.
"El sufrimiento de hoy es ese concepto de propiedad. 'mi' marido, 'mi' mujer. Esa palabra 'mi' es el sufrimiento. El ser humano no puede ser propiedad de otro ser humano. Puede ser tremendamente generoso, tremendamente amoroso, pero no puede ser propiedad de otro ser y sentirse como tal.
En una sociedad donde muchas mujeres son creativas, estudian, trabajan e incluso ocupan cargos importantes, podría decirse que su visión no corresponde a la realidad.
'¡Claro que corresponde! Estamos hablando del trágico hecho de que la mitad de la humanidad no participa en el proceso creador. Con excepción de algunos millones. Pero, ¡qué son dos o tres millones de mujeres creadoras! Y ni siquiera creo que haya tantas. En política, por ejemplo, nunca ha habido en los más altos cargos una mujer que haya defendido el derecho de la mujer. Son hombres, casualmente nacidos mujeres, defensores del patriarcado y de todos sus errores.
"Muchas veces la mujer no tiene conciencia de su infelicidad. No entiende qué le pasa, pero el hecho es que siempre está muy cansada, aburrida, histérica, nerviosa. Y el drama se desencadena cuando los hijos crecen y se van de la casa. Entonces siente que no es útil para nadie y que no tiene nada que hacer. Otro hito es cuando termina el período de ser objeto sexual para el hombre. De repente descubre que no es nada, que no es un 'yo' aceptable para sí misma. Nuestra época pone un énfasis enorme en la juventud y no tenerla es una crisis feroz."
"Para romper con esta vida mediocre, las mujeres tienen que dedicarse a trabajar, introduciéndose en el mecanismo de la cultura. Y esto no es un tema de feministas sino que está en la naturaleza humana: participar en la creación."
Fuente: Lola Hoffman.
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