La niña está más a salvo con su madre y el varón debe estar el mayor tiempo posible con su padre.
De la madre, la niña toma lo femenino, lo íntimo de la mujer y ésta se conecta desde temprana edad con ello. Entonces al alcanzar su edad madura o adulta será atraída por su hombre, querrá integrar lo desconocido para ella y la relación de pareja se completa con éxito.
Ésta, en su energía muy bien definida dentro de lo femenino, le llamará la atención lo masculino, sólo como energía complementaria, mas no sustituta.
Dentro de lo que podemos ver como educativo de nuestros indígenas quiero referirme en especial a los Yanomamis, la madre permanece con sus hijas hasta el desarrollo, aprenden de la cocina, las tareas del hogar y cómo seducir a su hombre cuando llegue la hora de entregarse a éste.
De los ancianos en conjunto con toda la fuerza masculina, los varones aprenderán las artes de la caza, y cómo proveer para su familia en un futuro.
El varón a su vez mientras más tiempo permanezca con el padre, tendrá bien definido su rol de hombre, conocerá esta energía en toda su amplitud y será entonces “un hombre en toda la extensión de la palabra”. Lo desconocido para él será la energía femenina y ésta tendrá la verdadera atracción en él, por querer complementar lo que no posee.
El hombre se hará hombre en su responsabilidad dentro de sus actos y en la atracción que siente hacia esa energía femenina que no posee…
El hombre es hombre por la mujer y la mujer es mujer por el hombre….
La mujer debería ser sutil, femenina, cariñosa, y no controladora, pero si por el contrario esta mujer se ha criado muy cerca del padre o rechaza a su madre, tendrá en exceso de esta energía masculina, y cuando se vea ante su hombre se establecerá una competencia, una lucha por llevar el rol equívoco de fuerzas controladoras dentro de la relación.
La relación de pareja se consuma en hechos donde la mujer sólo sabrá llevarle la vida a su hombre como un niño, el hombre se verá imposibilitado a tomar decisiones sin el consentimiento de su mujer, de alguna manera le aterrorizará llevarle la contraria.
Para que esto suceda el hombre que se ha criado a las faldas de su madre, no tiene fuerza para asumir responsabilidades, necesita una mujer poderosa, mística y controladora. Así, abandonará la entereza de ser hombre y todo lo dejará en manos de la mujer como si ésta fuera su madre. Estos niños grandes tienen varias características físicas; la que más llama la atención es que muestran ser maduros con canas en las sienes y la otra mitad del rostro en especial su boca parecen labios de niños/bebés a temprana edad.
Muchas de las relaciones de parejas en el mundo hoy en día, tienen un sentido totalmente invertido.
La mujer que posee energía masculina en exceso atraerá a un hombre que está en contacto con la energía femenina.
La atracción principal en estas parejas es donde comienzan los verdaderos embrollos donde el hombre se sentirá atraído por la energía que le falta o carece, y se halla en su pareja mujer.
La mujer a su vez querrá la energía femenina que ésta no posee y que sentirá que su hombre es quien se la puede dar.
De alguna manera los hombres enseñarán a las mujeres lo que es lo femenino y la mujer hará lo propio con su hombre.
Estudios realizados por el Dr. Salomón Jakubowicz, médico endocrinólogo, y creador del programa para reducir de peso “Ni una dieta más” asegura que el índice más alto de testosterona en la mujer se encuentra en la fémina latinoamericana.
“Muchas mujeres vienen a consulta por diversos motivos como la caída del cabello, exceso de grasa en el mismo, bellos en las áreas de la cara o senos, descontrol en el metabolismo, como consecuencia: aumento de peso y abdómenes protuberantes.
Es como tener a una mujer-hombre como paciente”, explica el Dr. Jakubowicz.
Es importante buscar las causas en la familia de los motivos que pueden generar estos síntomas.
Las dinámicas escondidas detrás de tan maravilloso estudio pudieran ser miles.
Entender que lo antes mencionado resuena con lo de nosotros o se parece, nos da una puerta a entender el por qué mi relación de pareja no está bien.
El hombre debe dejar de ser irresponsable, cómodo y seductor.
La mujer debe comenzar a dejar que su hombre asuma más responsabilidades y dejar de controlar todo.
Entender que estas dinámicas vienen una vez más de la falta de nuestros hombres en las líneas ancestrales en importante.
Los esclavos partieron dejando a sus familias, los conquistadores lo hicieron de igual manera y los indígenas también fueron obligados hacer lo propio…
Esto es lo que nos marca como Venezuela, esta es nuestra identidad de alguna manera.…
Sin embargo ya es hora que la mujer comience a dejarse sentir mujer por su hombre, a confiar en que éste pueda permanecer, sin temor a que se vaya para siempre…
Las mujeres hemos sido luchadoras, con nuestros hijos y hemos mantenido a nuestras familias como estos hombres que faltaron.
Mirar lo que fue, con honestidad, podría darnos la oportunidad de cambiar mucho.
Honro a mis ancestros: indios, blancos y negros.
Honro a sus mujeres que lucharon.
Honro la ausencia del hombre…
Y ahora, honro lo nuevo: la sutileza en la mujer y la responsabilidad de los hombres
De la madre, la niña toma lo femenino, lo íntimo de la mujer y ésta se conecta desde temprana edad con ello. Entonces al alcanzar su edad madura o adulta será atraída por su hombre, querrá integrar lo desconocido para ella y la relación de pareja se completa con éxito.
Ésta, en su energía muy bien definida dentro de lo femenino, le llamará la atención lo masculino, sólo como energía complementaria, mas no sustituta.
Dentro de lo que podemos ver como educativo de nuestros indígenas quiero referirme en especial a los Yanomamis, la madre permanece con sus hijas hasta el desarrollo, aprenden de la cocina, las tareas del hogar y cómo seducir a su hombre cuando llegue la hora de entregarse a éste.
De los ancianos en conjunto con toda la fuerza masculina, los varones aprenderán las artes de la caza, y cómo proveer para su familia en un futuro.
El varón a su vez mientras más tiempo permanezca con el padre, tendrá bien definido su rol de hombre, conocerá esta energía en toda su amplitud y será entonces “un hombre en toda la extensión de la palabra”. Lo desconocido para él será la energía femenina y ésta tendrá la verdadera atracción en él, por querer complementar lo que no posee.
El hombre se hará hombre en su responsabilidad dentro de sus actos y en la atracción que siente hacia esa energía femenina que no posee…
El hombre es hombre por la mujer y la mujer es mujer por el hombre….
La mujer debería ser sutil, femenina, cariñosa, y no controladora, pero si por el contrario esta mujer se ha criado muy cerca del padre o rechaza a su madre, tendrá en exceso de esta energía masculina, y cuando se vea ante su hombre se establecerá una competencia, una lucha por llevar el rol equívoco de fuerzas controladoras dentro de la relación.
La relación de pareja se consuma en hechos donde la mujer sólo sabrá llevarle la vida a su hombre como un niño, el hombre se verá imposibilitado a tomar decisiones sin el consentimiento de su mujer, de alguna manera le aterrorizará llevarle la contraria.
Para que esto suceda el hombre que se ha criado a las faldas de su madre, no tiene fuerza para asumir responsabilidades, necesita una mujer poderosa, mística y controladora. Así, abandonará la entereza de ser hombre y todo lo dejará en manos de la mujer como si ésta fuera su madre. Estos niños grandes tienen varias características físicas; la que más llama la atención es que muestran ser maduros con canas en las sienes y la otra mitad del rostro en especial su boca parecen labios de niños/bebés a temprana edad.
Muchas de las relaciones de parejas en el mundo hoy en día, tienen un sentido totalmente invertido.
La mujer que posee energía masculina en exceso atraerá a un hombre que está en contacto con la energía femenina.
La atracción principal en estas parejas es donde comienzan los verdaderos embrollos donde el hombre se sentirá atraído por la energía que le falta o carece, y se halla en su pareja mujer.
La mujer a su vez querrá la energía femenina que ésta no posee y que sentirá que su hombre es quien se la puede dar.
De alguna manera los hombres enseñarán a las mujeres lo que es lo femenino y la mujer hará lo propio con su hombre.
Estudios realizados por el Dr. Salomón Jakubowicz, médico endocrinólogo, y creador del programa para reducir de peso “Ni una dieta más” asegura que el índice más alto de testosterona en la mujer se encuentra en la fémina latinoamericana.
“Muchas mujeres vienen a consulta por diversos motivos como la caída del cabello, exceso de grasa en el mismo, bellos en las áreas de la cara o senos, descontrol en el metabolismo, como consecuencia: aumento de peso y abdómenes protuberantes.
Es como tener a una mujer-hombre como paciente”, explica el Dr. Jakubowicz.
Es importante buscar las causas en la familia de los motivos que pueden generar estos síntomas.
Las dinámicas escondidas detrás de tan maravilloso estudio pudieran ser miles.
Entender que lo antes mencionado resuena con lo de nosotros o se parece, nos da una puerta a entender el por qué mi relación de pareja no está bien.
El hombre debe dejar de ser irresponsable, cómodo y seductor.
La mujer debe comenzar a dejar que su hombre asuma más responsabilidades y dejar de controlar todo.
Entender que estas dinámicas vienen una vez más de la falta de nuestros hombres en las líneas ancestrales en importante.
Los esclavos partieron dejando a sus familias, los conquistadores lo hicieron de igual manera y los indígenas también fueron obligados hacer lo propio…
Esto es lo que nos marca como Venezuela, esta es nuestra identidad de alguna manera.…
Sin embargo ya es hora que la mujer comience a dejarse sentir mujer por su hombre, a confiar en que éste pueda permanecer, sin temor a que se vaya para siempre…
Las mujeres hemos sido luchadoras, con nuestros hijos y hemos mantenido a nuestras familias como estos hombres que faltaron.
Mirar lo que fue, con honestidad, podría darnos la oportunidad de cambiar mucho.
Honro a mis ancestros: indios, blancos y negros.
Honro a sus mujeres que lucharon.
Honro la ausencia del hombre…
Y ahora, honro lo nuevo: la sutileza en la mujer y la responsabilidad de los hombres
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