Para mi, para ti, para nosotr@s, seres que estamos en continuo crecimiento y que aprendemos por tanto de nuestros propios errores. Seres que nos caemos 1000 veces pero que tenemos las valentia de levantarnos 1001. Que a pesar de nuestros fallos y limitaciones nos seguimos amando completamente
“CUANDO UN HOMBRE O MUJER PLANTA ARBOLES A CUYA SOMBRA SABE QUE NUNCA HABRA DE SENTARSE, HA COMENZADO A ENTENDER EL SENTIDO DE LA VIDA”.
martes, 23 de agosto de 2011
martes, 9 de agosto de 2011
EL TEMA DE LAS ALMAS GEMELAS HA SUSCITADO SIEMPRE UN GRAN INTERÉS...!!!
Es un tema generalmente envuelto por una aureola romántico folclórica que poco tiene que ver con la realidad.
La realidad es que almas gemelas es lo que define a la humanidad:
todos somos almas gemelas de todos, todos estamos aquí formando una unidad de evolución. Somos el género humano: generamos, creamos, nos relacionamos. El avance de uno de nosotros involucra el avance de todos sus demás congéneres.
Sin embargo, la ley de afinidad es una de las más poderosas que operan en nuestra trayectoria evolutiva, tanto de misión como de aprendizaje.
En ese sentido, encarnamos en la tercera dimensión dentro de una familia energética que incluye el entorno familiar, social, laboral y sentimental.
Somos y pertenecemos a una especie de "tribu" energética formada por muchas, muchas almas, encarnadas en cuerpos y unidas por un sistema de red lumínica que nos enlaza todos.
Esta tribu energética amalgama a todas las personas con la que nos vayamos encontrando a lo largo de cada existencia, de cada vida: serán todas las personas con las que vayamos a mantener una relación, ya sea esta relación corta, larga, positiva, intensa, superficial, dolorosa, momentánea o duradera, familiar, sentimental, de compromiso.. . ni una sola de nuestras relaciones es casual sino causal. Ni siquiera lo aparentemente sin importancia deja de ser importante.
Un solo cruce de miradas con un desconocido que jamás volveremos a ver puede ser importante, de vital importancia, ya que no solo nos comunicamos e intercambiamos experiencias con el trato, las palabras o los gestos, existe otros tipos de intercambios y ayudas: los energéticos.
Permanentemente vivimos dentro de un campo energético llamado aura. Este campo energético está compuesto por miles y miles de filamentos o canales que están permanentemente activos. En estos canales se encuentra multitud de información y gran cantidad de posibilidades de información, intercambio, conexiones, posibilidades, limitaciones, atributos, dones, capacidades, etc.
A nivel frecuencia, una simple mirada con un desconocido que pase por nuestro lado puede tener una trascendental importancia para nuestro proceso evolutivo. Este proceso no es intelectual, es más, apenas podemos comprenderlo con la mente, ni siquiera llegar a atisbar la importancia del posible intercambio de información recibido.
Se puede decir que cada persona con la que nos relacionamos es un enlace más de posibilidad para la propia evolución, ya que se dan intercambios energéticos que van abriendo puntuales oportunidades de aprendizaje, de enseñanza, de ayudas, de facilidades.
Cuanto más íntima sea la relación, cuanto más frecuente sea la unión y más circunstancias y vivencias se compartan, más conexión se intercambia, más afinidad o rechazo se establece.
Este es el motivo por el cual algunas de nuestras relaciones permanecen para siempre y otras solo son transitorias: a nivel energético, el intercambio que se tenía que dar cumple su cometido y los enlaces se debilitan, no siendo ya necesario que siga existiendo la conexión en el plano físico; a nivel sutil, energético, de sistema de red lumínica, esta conexión seguirá estando.
Es como, por ejemplo, un complicadísimo, delicado y precioso sistema de luz eléctrica: la instalación de grandes dimensiones para abastecer una Amplísima zona puede contar con cientos de cables, montones de interruptores e infinidad de terminales. Sin embargo, aunque dichas conexiones siempre están relacionadas entere sí, no todas lo hacen a la vez ni cumplen el mismo cometido.
1. DIFERENCIA ENTRE ALMAS GEMELAS Y ESPIRITUS AFINES
De entre todas nuestras conexiones, por Ley de Afinidad, existen unas más definidas que otras. En este sentido, el entramado más afín será aquel que tenga más similitud energética y sobre todo el que reúna cualidades parecidas y en ocasiones incluso idénticas; son los llamados espíritus afines.
Los espíritus afines siempre son una bendición; nos los encontramos en cada existencia como personas muy cercanas a nosotros y cuyo vínculo nos llega directamente al corazón. Podemos reconocerlos con facilidad porque nuestro corazón salta de alegría con su sola presencia.
Un espíritu afín puede estar encarnado en alguien de tu familia, y la relación con él o ella es especialmente alegre, de facilidad y felicidad, de apoyo e incondicional.
Cuando se pierde un espíritu afín se siente un gran vacío, como si el dolor mismo por su ausencia te viniera directamente del alma. Y en realidad es así. Cuando nos encontramos con un espíritu afín encarnado en el ámbito de las amistades, se produce un reconocimiento instantáneo y se da una afinidad en ambas direcciones que hace que de repente, casi instantáneamente, se salten las barreras de tiempo y espacio y te parece "que conoces a esa persona de toda la vida", y así es, aunque no es de toda la vida sino de todas las vidas. La confianza es instantánea y también se siente mucho regocijo, alegría y felicidad.
Cuando un espiritual afín llega a tu vida como una pareja sentimental, la convivencia es maravillosa, la felicidad y comprensión son la base de la relación y ambos se apoyan continuamente. Si unen sus vidas, se puede asegurar que su relación será muy duradera, y si alguna vez deciden separar sus caminos siempre quedará un vínculo irrompible y de la más pura gratitud y reconocimiento.
Esto es así porque las almas de los espíritus afines están muy cerca la una de la otra y el vínculo es muy estrecho y antiguo: llevan vidas y vidas encontrándose para apoyarse mutuamente.
Sin embargo, el alma gemela es mucho más que un espíritu afín: es el más afín de los espíritus. Es tu otra mitad. Es aquella parte de tu mismo ser antes de que tu ser decidiera venir a experimentar, aprender o estar en misión a un mundo, en cuya realidad existe en acción una ley: la Ley de Opuestos, la dualidad, la polaridad entre sexos diferentes.
Generalmente, un ser evolucionado es un ser de frecuencia altamente amorosa, es decir, es un ser capaz de sentir, amar y emitir la más pura vibración de amor. Esto le dota de infinitas capacidades para irradiar esta frecuencia en esta realidad tridimensional en este planeta Tierra tan necesitado de esta vibración o cualidad principal de Dios llamada amor.
Es por amor como un ser en misión decide llegar hasta esta realidad. Y para llevar a cabo su misión con más eficacia y efectividad, se divide para aumentar sus posibilidades, cumplir su misión y regresar de nuevo a la paz de la unidad y a la plenitud del ser Uno de nuevo.
Todo ello es perfecto y está muy bien… en los planos superiores, ya que una vez aquí , una vez que tu ser "dividido" se vive dentro de un cuerpo físico… no recuerda este pacto hecho consigo mismo, solo sabe que le falta algo. Vive con un permanente estado de vacío que no puede llenar con nada.
Esto es también una ventaja porque este vacío sin forma es el origen del que parte para emprender una búsqueda no sabe muy bien hacia dónde ni hacia qué.
Realmente está siguiendo el anhelo de su alma por encontrar lo que le falta: su otra mitad. Y para ello el camino, el único camino, es el espiritual.
La persona empieza por fortalecer su autoestima, por sanar sus traumas, conocerse mejor así misma, orientar su vida, mejorar su calidad humana y tarde o temprano se da de frente con las posibilidades de compromiso consigo mismo que tiene el camino espiritual.
3. LA CONVICCIÓN EN TU CORAZON QUE TU ALMA GEMELA EXISTE
Una vez situado en el sendero iniciático la persona inicia un nuevo camino… se prepara para el encuentro de eso que añora su alma.
Puede que encuentre un espíritu afín y su vida sentimental se dé en plenitud. Sin embargo, existen muchas personas que saben que su alma gemela existe, está en alguna parte. Saben que tienen una misión que realizar y que no pueden llevarla a cabo si no es que encuentren a su otra mitad.
Para estas personas es para las que llega esta información.
Primero: hay que saber que no es fácil encontrar a tu alma gemela, ya que aunque no lo recordemos, si estamos en misión de expandir luz, amor y elevar la vibración de este planeta, nuestro ser decide dividirse precisamente para realizar mejor el trabajo, la siembra, la misión, y lo más probable es que una de las dos partes haya quedado anclada en esferas superiores para servir siempre de "antena" y canal al otro que sí está en los planos materiales, para así suministrarle permanentemente de toda la fuerza, energía y entusiasmo que va a necesitar para cumplir su misión.
Esto tiene su lógica espiritual: nadie mejor que tu propio ser para seguir sosteniéndote permanentemente en tu misión espiritual. Al fin y al cabo, este mundo tan solo es una apariencia en el sentido de que el tiempo lineal solo existe en esta realidad, y entendido así, podemos llegar a sentir que el tiempo es solo una ilusión, una quimera, y que en realidad nunca nos hemos separado de nuestra alma gemela, seguimos unidos, nuestro ser está completo.
TU ALMA GEMELA ESTA AQUÍ Y AHORA
Pero resulta que estamos viviendo tiempos y momentos evolutivos excepcionales y en esta eran han encarnado cientos de miles y miles de almas gemelas cuya misión es la misma y que sí pueden y deben encontrarse físicamente. Su energía de sostén les sigue siendo suministrada desde los planos internos por sus seres afines desde los planos internos: nuestros guías de Venus, el planeta del amor, el planeta de nuestros seres afines.
Por este motivo es por lo que los guías de Venus pueden ayudarnos a facilitar las cosas y poder encontrar a nuestra alma gemela.
Pero ten un poquito más de paciencia, hay más información que debes saber antes de echar a volar tus expectativas románticas. Hay muchas cosas que hay que conocer antes de empezar a suspirar románticamente.
5. TU ALMA GEMELA Y TÚ AHORA SOIS DOS SERES HUMANOS
El reconocimiento del alma gemela se da en el nivel del alma; sin embargo, una vez aquí, en la tercera dimensión, existen ciertas posibilidades de dificultad para que el encuentro no solo se produzca, sino que además se consolide y sea duradero… al margen de todo el romanticismo que siempre ha generado el término.
Un alma gemela encarnada es un ser humano que posee en sí mismo lo mejor de su otra mitad y viceversa.
Las almas gemelas no poseen los mismos defectos; por el contrario, con su común luz se ayudarán mutuamente a limpiar sus respectivas sombras. (la sombra es todo el bagaje que constituye su herencia genética, racial, cultural, social, educacional y que todavía tiene que enfrentar, asumir y la mayoría de las veces limpiar y transmutar).
Hasta que las sombras individuales de ambas personas no estén trasmutadas, iluminadas, no podrán realizar la fusión necesaria para llevar a cabo su misión de expandir luz como UNIDAD que son, como almas gemelas que son, es decir, su realidad polar debe ser trascendida para poder se UNO y no DOS.
6. EL TRABAJO A REALIZAR
Cada uno de ellos posee una realidad de entorno polar que ha de trascender con equilibrio y armonía, sin generar karma, con responsabilidad, es decir, iluminando sus circunstancias, roles, paradigma personal, etc., y solo entonces podrá haber FUSIÓN REAL Y MULTIDIMENSIONAL.
Para esto se necesita mucha paciencia, conciencia, firmeza y confianza del uno en el otro de que "todo llegará en su momento". Es más, desde el primer encuentro de dos almas gemelas en la tercera dimensión de conciencia ya existe al fusión a nivel del alma, ya están juntos para siempre en esa vida, ya no habrá nada ni nadie que los separe.
Pero esta fusión es a nivel energético, de almas, de campos energético áuricos.
7. EL ENCUENTRO FÍSICO
Cuando dos almas gemelas están juntas físicamente una al lado de la otra, sus auras forman el sagrado símbolo: EL CORAZON.
Se acoplan sus esferas ovoides formando una sola unidad energética .
Esta configuración energética es fácilmente visible por personas sensitivas o que tengan visión del aura. Por otro lado, es difícil que en el momento del encuentro ambos estén en la misma frecuencia de purificación o disponibilidad de fusión multidimensional.
Por ejemplo:
Pueden habitar cuerpos del mismo sexo.
Pueden ser de razas diferentes.
Puede haber diferencia de edad.
Puede que tengan otras parejas.
Pueden estar dedicándose a profesiones diferentes.
Pueden vivir en ciudades o países distintos y distantes.
Pueden tener diferentes religiones… pero encontrase se encuentran... y el impacto produce por ambas partes con más o menos CONFUSIÓN.
8. LA CON-FUSION SIEMPRE ES PREVIA A LA FUSIÓN
Si de dan las condiciones adecuadas en la Tercera Dimensión serán de sexos diferentes, la edad será similar, habrá atracción física y mental, es decir, química, alquímica, telepatía, alegría, entusiasmo, necesidad de proximidad física, sensación de paz interna, sonrisa permanente, brillo especial en los ojos, ralentización o aceleración del tiempo que pasen juntos, sensación de "no desconectarse" del otro en ningún momento, sueños reales de estar juntos en lugares especiales, certeza de estar con lo mejor y más maravilloso de uno mismo, etc.
Pero a pesar de todo esto, siempre habrá confusión antes de llegar a la fusión y las sombras aflorarán, ya que una UNIDAD de almas gemelas crea un vórtice de pura luz rosado dorada capaz de elevar la vibración de todo cuanto haya a su alrededor, y para alcanzar esta frecuencia ambos deberán pasar por una común y a la vez individual y diferente iniciación: ELIMINAR SUS RESPECTIVAS SOMBRAS, EN ESTO CONSISTE LA CON-FUSIÓN.
En el caso de no superar con éxito el proceso de dar luz a las respectivas sombras puede ocurrir un alejamiento entre ellos, pero este alejamiento solo será en su realidad de tercera dimensión, lo cual quiere decir que será temporal, y todo lo que se mida con tiempo tan solo es un maya, una apariencia... no es real.
El sentimiento de "perdida de oportunidad" que queda cuando la confusión ha prevalecido sobre la fusión es la causa y el sentimiento de haber perdido un tesoro y no haberlo podido compartir. Cuando se encuentra un tesoro y no se comparte con la persona adecuada, el tesoro se convierte en una carga.
Esta carga es el sentimiento no racional y doloroso que "vivo sin mi otra mitad"; es como si una parte de uno mismo se hubiera muerto y se lleva vida tras vida hasta que la espiral evolutiva da otro giro adecuado para que la ley de oportunidad ofrezca una nueva probabilidad de encuentro.
Hasta que las almas gemelas vuelven a encontrarse pueden pasar vidas enteras con un profundo dolor o sentimiento de vacío, y realmente es así, es un vacío desde el nivel del alma que se manifiesta en el corazón de la persona que vive sabiendo que "el" o "ella" es real, existe y no sabe dónde.
Quien vive este anhelo es porque de una manera intuitiva ha traído este recuerdo de otra vida y aunque su vida sea de realización siempre sentirá un vacío permanente que no se llena con nada: este es el recuerdo sin recuerdos del alma gemela, esa fuerza que asoma detrás de los propios ojos de vez en cuando en el reflejo del espejo al mirarse de una determinad amanera y el corazón pregunta ¿dónde estás Ser Amado? SE AÑORA EL "YO SOY TÚ".
En la tercera dimensión cada una de las partes de la unidad de almas gemelas está permanentemente conectado a su alma gemela por su único sistema de red; esto quiere decir que sus auras están ya unidas también en la tercera dimensión y siempre que se necesiten estarán juntos auque no estén físicamente en el mismo lugar.
9. EL PROPÓSITO DE UNIÓN DE LAS ALMAS GEMELAS:
LA AYUDA DESDE LOS PLANOS INTERNOS
La unión de las almas gemelas tiene como propósito crear un vórtice de pura luz que IMPACTE todo aquello que se haga (tanto individualmente como cuando estaban físicamente juntos) para elevar la vibración de otras personas, su entorno y circunstancias.
LAS ALMAS GEMELAS SE ENCUENTRAN PORQUE TIENEN UN PROPÓSITO REALIZABLE DE MISIÓN COMÚN A LLEVAR A CABO EN LA TERCERA DIMENSIÓN y que puede manifestarse en diferentes ámbitos sociales, pero que siempre su impacto será de sanación: MISIÓN DE SANACIÓN.
Pueden ser terapeutas que atiendan pacientes, pueden ser comunicadores que se dediquen a la enseñanza o a escribir libros que ayuden a "despertar" a mucha gente, o puede ser que sean médicos, abogados, asistentes sociales, maestros de escuela, periodistas, funcionarios, actores…
PERO SIEMPRE SU ACTIVIDAD SERVIRÁ PARA AYUDAR A LOS DEMÁS A DESPERTAR, INCREMENTAR O DINAMIZAR CONCIENCIAS O, LO QUE ES LO MISMO: TRAER LA LUZ DE VENUS A LA TIERRA: EXPANDIR LA VIBRACIÓN DEL AMOR.
La expansión frecuencial generada por cada unidad de almas gemelas consciente de su misión hará posible la elevación planetaria al conectar el sistema de red Lumínica Dorada o principio: YO SOY EL ALMA GEMELA DEL YO SOY DE TODOS.
Este principio hace posible que, por fin, se cumpla la LEY DE LA UNIDAD y la actual humanidad deje de seguir aprendiendo en las lecciones de la polaridad.
Este es el proceso de salir del sistema de aprendizaje en la polaridad, trascender la tercera dimensión, dejar atrás el tiempo lineal, lo aparente, lo polar e integrar la cuarta dimensión o, lo que es lo mismo, vivir en el cuarto chakra, EL AMOR INCONDICIONAL, sin tiempo lineal, sin comparación, sin antes ni después, en el Eterno Ahora, en la Unidad con la Fuente o Dios Amor, en el YO SOY TU AQUÍ Y AHORA.
Encontrar o que te encuentre tu alma gemela abre una puerta interdimensional en la que aparece "el tren que siempre has estado esperando", pero si se duda, si no hay la suficiente valentía para subir a ese tren, puede suceder que se pierda y que se tarde muchas vidas en volver a tener la oportunidad adecuada, estar en la estación correcta y subirse al tren en el momento justo.
Esto no es ni bueno ni malo, solo implica sufrimiento en la vida, sensación de vacío y tristeza irracional, anhelo del alma por algo que perdió antes de disfrutarlo.
Las almas gemelas necesitan grandes dosis de valor para tomar las riendas de su único destino y subirse al mismo tren que les llevará en un mismo itinerario.
Si uno de los dos miembros de las almas gemelas no deja fluir el amor y la ternura hacia el otro, el encuentro no será suficiente para que se dé la fuerza necesaria para que se unan.
Esto tampoco es ni bueno ni malo: energéticamente estarán juntos y se apoyarán en su única misión: AYUDAR A SU PRÓJIMO, pero el poderoso vórtice energético que se forma cuando dos almas gemelas están juntas físicamente no se da: no existe la configuración sagrada del mas puro amor y expresión divina que produce tal impacto sobre la vida, lugares y circunstancia de todo cuanto les rodea y SU MISIÓN se convertirá en SUMISIÓN ante la vida.
Su misión igualmente se realizará, aunque al realizarse por separado generará un potencial energético de tan solo el 30% de expansión de luz de cómo podría ser. Esto tampoco es ni bueno ni malo, simplemente es un freno en su misión común y en la evolución del planeta.
LA MISIÓN DE LA UNIÓN DE LAS ALMAS GEMELAS ES PERMITIR LA ASCENSIÓN DE LA HUMANIDAD: ES ASÍ COMO LO LOGRARON NUESTROS HERMANOS EN EVOLUCIÓN EN VENUS, EL PLANETA DEL AMOR Y LA ARMONÍA; ASÍ FUE COMO ELLOS LLEVARON A CABO SU PASO DE LA TERCERA A LA CUARTA DIMENSIÓN.
Es así como cada evolución cambia su sistema evolutivo, del sistema de aprendizaje al de conciencia y SOLO HAY UNA MANERA DE REALIZARLO: A TRAVÉS DEL AMOR SALIR DE LA DUALIDAD, DE LA POLARIDAD Y CUANDO DOS PERSONAS QUE PERTENECEN A LA MISMA UNIDAD DE ALMAS GEMELAS SE ENCUENTRAN TIENEN LA OPORTUNIDAD DE DEJAR DE SER DOS Y CONVERTIRSE EN LA UNIDAD: YO SOY TÚ.
El "alimento" que nutre la unión de dos almas gemelas, la energía que les sostiene es LA TERNURA. Si uno de ellos está cerrado o se resiste a esta frecuencia hacia el otro, no podrá ser duradero este encuentro y la puerta energética de al OPORTUNIDAD se cerrará. Su relación/conexión se convertirá en un corto viaje de ida y vuelta del cielo a la tierra cuando SU REAL MISIÓN ES LA DE TRAER EL CIELO A LA TIERRA.
Y este es el motivo principal por el que para que la misión de las almas gemelas se lleve a cabo con mayor equilibrio y armonía nos pueden aportar su ayuda los guías de Venus, y que esta es la manera de relación a la que ellos llegaron ya hace mucho de nuestro tiempo.
Cada ser de Venus se expresa y realiza en su nivel de realidad a través de la manifestación de la energía en su doble expresión: masculina y femenina, cada ser en Venus vive, trabaja y evoluciona ya desde la Ley del Amor en perfecta armonía y equilibrio con su ser complementario o alma gemela. Ellos ya alcanzaron la unión de opuestos. Ellos ya son la unidad que se expresa y manifiesta tanto en masculino como en femenino.
El Guía de Venus podrá ayudarte en tu crecimiento personal y espiritual para que el anhelo de tu alma se cumpla y puedas encontrar a tu alma gemela aquí y ahora.
Permite que te instruya y sigue el dictado de tu corazón, pues esa será la manera en la que no te equivocarás nunca, y lograrás lo que te propongas.
Luz, Paz, Amor y Bendiciones.
Fuente: Nina Linares
viernes, 5 de agosto de 2011
domingo, 31 de julio de 2011
LA PRÁCTICA DEL SILENCIO
Práctica para descubrir el silencio
Empezamos de una manera modesta, sencilla, pero eficaz. Cuando yo inspiro, he de aprender a ser consciente de esa inspiración. Esa inspiración me conduce hacia dentro, pero llega un momento en que esa inspiración se detiene, se acaba. Yo he de procurar seguir ese movimiento yendo hacia dentro, y un poco más adentro de ahí donde termina la inspiración. Por unos instantes estaré en una zona de vacío; luego surge la espiración. Yo he de estar atento y tratar de adivinar ese instante que antecede al movimiento de espiración. Es decir, que he de utilizar ese movimiento natural de inspiración y de espiración como soporte para que mi atención, mi conciencia, se profundicen, y lo hagan hasta un punto, hasta una zona más allá del fenómeno, más allá del movimiento, más allá de lo que yo soy normalmente consciente.
Clases de silencio
Grados de silencio
Normas y sugerencias
Preguntas:
-No comprendo bien esto último que ha dicho.
R. -Sí. Utilizamos aquí la paradoja, porque es la única forma de señalar algo real. Es decir, cuando digo lo que existe quiero decir lo que nosotros percibimos en existencia. Pero como esto que existe tiene su razón de ser, su base, su fuente en lo que está detrás, que no tiene existencia aparente, por eso digo que todo lo que existe es igual a lo que no existe, a lo que no aparece, que no es existente.
-¿Se puede resumir el silencio en el estar atento?
R.-Sí, si añadimos: estar atentos, incluso cuando nos parece que no hay nada para estar atentos, cuando vivamos la situación real de un instante en que no hay simplemente nada.
-¿El estar en silencio es un contacto con lo superior?
R. -Sí, porque sólo se puede estar en contacto con lo superior cuando se deja de estar en contacto con lo inferior. Y este dejar de identificarse es el silencio de lo Inferior.
Del libro de Antonio Blay
Caminos de autorrealización. (Yoga Superior)
Tomo III"
La integración con la realidad exterior
sábado, 30 de julio de 2011
INTERPRETANDO LAS SEÑALES
Queridos soñadores. Hoy vamos a hablar de nuestras experiencias en la vida de vigilia y de las señales que nos envía constantemente y que en ocasiones nos cuesta tanto interpretar. ¿Quién nos se ha preguntado alguna vez porqué pierde siempre las llaves?, o ¿porqué atrae una y otra vez a gente que la critica?, o ¿Cuál es el misterio que encierra el que siempre le toque el jefe más "borde o cenutrio" de todas las empresas en las que trabaja?
Fuente: Beatriz F. del Castillo
Autora de "La clave está en tus sueños", Ed. Edaf. 2006
domingo, 17 de julio de 2011
COMPARTIR EL SUFRIMIENTO
Para ayudar a quien está sufriendo generalmente basta con escuchar. No es necesario nada más. Sólo abrir nuestro ser de modo que quien sufre pueda compartir su dolor. Al cultivar el escuchar estamos desarrollando el verdadero sentido de la de la compasión.
En la cultura occidental, es común guardar el dolor para nosotros mismos. Cuanto mayor es el sufrimiento, más tendemos a aislarnos. Nos han enseñado a hacerlo de ese modo, a soportar el dolor en privado, a mantenerlo adentro y a continuar con nuestras vidas. Y aquellos que no hemos sufrido directamente el trauma actuamos a menudo de manera que mantenemos a los que sufren en silencio. No deseamos oír sus historias porque no sabríamos qué decir. Cuando otros expresan su dolor, su pena, su pérdida, su desesperación, sentimos que debemos repararla de alguna manera o hacer que ésta desaparezca. Creemos que debemos responder con una solución, creemos que no basta con sólo escuchar.
Estas son las cargas culturales de la formación en la sociedad occidental. Deseamos conseguir que la vida sea dócil y cómoda, tener constantemente una vida que mejore. Si algo anda mal, lo internalizamos como nuestra culpa. Cuando alguien comparte sus aflicciones, pensamos que tenemos que arreglarlas. Hemos perdido los procesos y los ritos mediante los cuales la gente se entristece en comunidad, en que nos reunimos, no para cambiar la vida sino que simplemente para experimentarla. Hemos olvidado cómo caminar por la vida juntos, con sus grandes ciclos de oscuridad y caos seguidos por el renacimiento y la luz.
No socorremos a otros siendo silenciosos. La trágica ironía es que causamos más dolor en aquellos que estamos intentando amparar. Aquellos padres que permanecen silenciosos ante el sufrimiento, con el fin de proteger a sus niños, terminan provocando profundas cicatrices emocionales en sus hijos. Durante la investigación hecha sobre la segunda generación de los sobrevivientes del holocausto - los hijos de quienes sobrevivieron a los campos de concentración - el efecto del silencio se hizo evidente. Cuando los padres habían protegido a sus niños y nunca les habían dicho los detalles del horror que habían experimentado, los niños crecieron con depresión y, en algunos casos, terminaron por suicidarse. Los niños conocen los secretos de sus padres. Intuyen que algo muy importante no se está compartiendo. No tienen medios para interpretar la sensación de que algo anda terriblemente mal. Así pues, como niños que son, asumen la responsabilidad de estas malas sensaciones. Cuando maduran, esta autocondena se manifiesta como depresión y, en ocasiones, como autodestrucción. El antídoto para estos niños es oír las historias, romper el silencio. Si son adultos y sus padres han muerto, necesitan oír las historias de otros sobrevivientes de la generación de sus padres.
Hay otras razones por las que debemos encontrar maneras de romper el silencio. Cuando la gente cuenta sus historias, son capaces de sanarse a sí mismos. El acto de contar nuestra historia, así como sentir que nos están escuchando, es una de las formas más elementales de sanción.
Una joven sudafricana nos dio una lección profunda sobre el escuchar. Ella se sentó en un círculo compuesto por mujeres de muchas naciones y cada mujer tenía la oportunidad de contar una historia de su vida. Cuando le tocó a ella, comenzó a balbucear una historia de verdadero horror, acerca de cómo ella había encontrado a sus abuelos asesinados en su aldea.
Muchas de las mujeres eran occidentales y, en la presencia de tal dolor, desearon por instinto hacer algo. Desearon reparar, mejorar, hacer algo para remover el dolor de aquella tragedia de una vida tan joven. La joven sentía su compasión pero también los sentía cerrándose. Ella puso las manos hacia arriba, como para rechazarles los deseos de ayudar. Dijo: "no necesito que me mejoren. Sólo necesito que me escuchen".
Eso es todo lo que necesitamos hacer: escuchar. No juzgar, ni recomendar, ni reparar. Sólo escuchar, conocer el dolor, manteniendo nuestros corazones abiertos. Parker Palmer lo dijo maravillosamente: "el alma no necesita ser reparada o ser protegida. Necesita ser recibida".
¿Qué podemos hacer para acoger a quienes estén sufriendo entre nosotros? ¿Cómo podemos hacer para invitarlos a que nos cuenten sus historias y nos revelen su dolor? Aquí hay sólo algunas sugerencias:
Podemos estar seguros que eventos gatillantes, como el primer aniversario de una tragedia, haga resurgir profundas emociones. Podemos cerciorarnos de estar disponibles para esos aniversarios y ofrecernos como compañeros silenciosos, dispuestos a escuchar.
Podemos compartir nuestra propia vulnerabilidad como forma de preparar otros para compartir la suya.
Si alguien comienza a contar su historia, podemos abstenernos de emitir comentarios, de aconsejar, o de interrumpirlos. Podemos ejercitar la disciplina del buen escuchar y la fe en que eso es suficiente para sanar. No ayuda decirle "sé exactamente lo que sientes" o " también tuve esa experiencia una vez". La disciplina consiste sólo en sentarse allí, con nuestros corazones abiertos, absorbiendo su historia en nuestro ser.
Ayuda el visualizar la historia como alguien que está allí entre nosotros. La historia es cuál es, no requiere comentarios o de interpretación.
Al concluir la historia, podemos expresar nuestra gratitud por haberla compartido. Y podemos ofrecernos para escuchar de nuevo otra historia que necesite ser contada.
Si podemos ser buenos oyentes, descubriremos que es posible que la gente se sane a sí misma. Durante las audiencias dela Comisión de Verdad y Reconciliación en Sudáfrica, muchos de los que los atestiguaron las atrocidades que habían soportado durante el apartheid señalaron haber sido sanados por su propio testimonio porque sabían que la nación escuchaba.
Un joven que quedó ciego cuando un policía le disparó en la cara a corta distancia dijo: "siento que lo que me ha devuelto la vista ha sido venir aquí y contar mi historia. Siento que lo que me ha estado haciendo daño todo este tiempo es el hecho de que no podía contarla. Pero ahora siento como si hubiera recuperado la vista por el sólo hecho de haber venido aquí y relatarla".
Ojalá rompamos el silencio de modo que aquellos más lastimados puedan sanar.
En la cultura occidental, es común guardar el dolor para nosotros mismos. Cuanto mayor es el sufrimiento, más tendemos a aislarnos. Nos han enseñado a hacerlo de ese modo, a soportar el dolor en privado, a mantenerlo adentro y a continuar con nuestras vidas. Y aquellos que no hemos sufrido directamente el trauma actuamos a menudo de manera que mantenemos a los que sufren en silencio. No deseamos oír sus historias porque no sabríamos qué decir. Cuando otros expresan su dolor, su pena, su pérdida, su desesperación, sentimos que debemos repararla de alguna manera o hacer que ésta desaparezca. Creemos que debemos responder con una solución, creemos que no basta con sólo escuchar.
Estas son las cargas culturales de la formación en la sociedad occidental. Deseamos conseguir que la vida sea dócil y cómoda, tener constantemente una vida que mejore. Si algo anda mal, lo internalizamos como nuestra culpa. Cuando alguien comparte sus aflicciones, pensamos que tenemos que arreglarlas. Hemos perdido los procesos y los ritos mediante los cuales la gente se entristece en comunidad, en que nos reunimos, no para cambiar la vida sino que simplemente para experimentarla. Hemos olvidado cómo caminar por la vida juntos, con sus grandes ciclos de oscuridad y caos seguidos por el renacimiento y la luz.
No socorremos a otros siendo silenciosos. La trágica ironía es que causamos más dolor en aquellos que estamos intentando amparar. Aquellos padres que permanecen silenciosos ante el sufrimiento, con el fin de proteger a sus niños, terminan provocando profundas cicatrices emocionales en sus hijos. Durante la investigación hecha sobre la segunda generación de los sobrevivientes del holocausto - los hijos de quienes sobrevivieron a los campos de concentración - el efecto del silencio se hizo evidente. Cuando los padres habían protegido a sus niños y nunca les habían dicho los detalles del horror que habían experimentado, los niños crecieron con depresión y, en algunos casos, terminaron por suicidarse. Los niños conocen los secretos de sus padres. Intuyen que algo muy importante no se está compartiendo. No tienen medios para interpretar la sensación de que algo anda terriblemente mal. Así pues, como niños que son, asumen la responsabilidad de estas malas sensaciones. Cuando maduran, esta autocondena se manifiesta como depresión y, en ocasiones, como autodestrucción. El antídoto para estos niños es oír las historias, romper el silencio. Si son adultos y sus padres han muerto, necesitan oír las historias de otros sobrevivientes de la generación de sus padres.
Hay otras razones por las que debemos encontrar maneras de romper el silencio. Cuando la gente cuenta sus historias, son capaces de sanarse a sí mismos. El acto de contar nuestra historia, así como sentir que nos están escuchando, es una de las formas más elementales de sanción.
Una joven sudafricana nos dio una lección profunda sobre el escuchar. Ella se sentó en un círculo compuesto por mujeres de muchas naciones y cada mujer tenía la oportunidad de contar una historia de su vida. Cuando le tocó a ella, comenzó a balbucear una historia de verdadero horror, acerca de cómo ella había encontrado a sus abuelos asesinados en su aldea.
Muchas de las mujeres eran occidentales y, en la presencia de tal dolor, desearon por instinto hacer algo. Desearon reparar, mejorar, hacer algo para remover el dolor de aquella tragedia de una vida tan joven. La joven sentía su compasión pero también los sentía cerrándose. Ella puso las manos hacia arriba, como para rechazarles los deseos de ayudar. Dijo: "no necesito que me mejoren. Sólo necesito que me escuchen".
Eso es todo lo que necesitamos hacer: escuchar. No juzgar, ni recomendar, ni reparar. Sólo escuchar, conocer el dolor, manteniendo nuestros corazones abiertos. Parker Palmer lo dijo maravillosamente: "el alma no necesita ser reparada o ser protegida. Necesita ser recibida".
¿Qué podemos hacer para acoger a quienes estén sufriendo entre nosotros? ¿Cómo podemos hacer para invitarlos a que nos cuenten sus historias y nos revelen su dolor? Aquí hay sólo algunas sugerencias:
Podemos estar seguros que eventos gatillantes, como el primer aniversario de una tragedia, haga resurgir profundas emociones. Podemos cerciorarnos de estar disponibles para esos aniversarios y ofrecernos como compañeros silenciosos, dispuestos a escuchar.
Podemos compartir nuestra propia vulnerabilidad como forma de preparar otros para compartir la suya.
Si alguien comienza a contar su historia, podemos abstenernos de emitir comentarios, de aconsejar, o de interrumpirlos. Podemos ejercitar la disciplina del buen escuchar y la fe en que eso es suficiente para sanar. No ayuda decirle "sé exactamente lo que sientes" o " también tuve esa experiencia una vez". La disciplina consiste sólo en sentarse allí, con nuestros corazones abiertos, absorbiendo su historia en nuestro ser.
Ayuda el visualizar la historia como alguien que está allí entre nosotros. La historia es cuál es, no requiere comentarios o de interpretación.
Al concluir la historia, podemos expresar nuestra gratitud por haberla compartido. Y podemos ofrecernos para escuchar de nuevo otra historia que necesite ser contada.
Si podemos ser buenos oyentes, descubriremos que es posible que la gente se sane a sí misma. Durante las audiencias de
Un joven que quedó ciego cuando un policía le disparó en la cara a corta distancia dijo: "siento que lo que me ha devuelto la vista ha sido venir aquí y contar mi historia. Siento que lo que me ha estado haciendo daño todo este tiempo es el hecho de que no podía contarla. Pero ahora siento como si hubiera recuperado la vista por el sólo hecho de haber venido aquí y relatarla".
Ojalá rompamos el silencio de modo que aquellos más lastimados puedan sanar.
Margaret Wheatley
Suscribirse a:
Entradas (Atom)